“Don’t
talk to me like that.”- “No me hables así.”
Justin’s Point of View:
Después de darme una
ducha, me sentí mucho más aliviado de lo que estaba antes.
Claro, _____ y
nuestra sesión intensa de besos calmó mis nervios pero la sensación del agua
caliente relajando mis músculos hizo que el sentimiento aumentara.
Envolviendo una
toalla alrededor de la parte baja de mi cintura, abrí la puerta del cuarto de
baño, salí y entré en la habitación donde cuidadosamente me acerqué a los
aparadores, asegurándome de que no despertaba a ____ mientras caminaba.
Una vez que había
llegado sin hacer ruido, abrí el cajón que tenía mi pijama dentro, agarrando un
par de pantalones de chándal y una camiseta, similar a la que le había dado a
_____, dejé caer la toalla al suelo antes de ponérmelo.
Pasando los dedos por
mí pelo, dirigí una ultima mirada hacia ____ antes de salir de la habitación y
cerrar la puerta suavemente detrás de mi.
Avanzando por las
escaleras, me encontré cara a cara con todos los chicos sentados en el sofá,
Bruce era uno de ellos. Suspiré. Esto iba a ser interesante…
Lamí mis labios.
“Hey”, me mordí el labio, preguntándome como todo el mundo iba a reaccionar,
pero lo único que conseguí fue un silencio antes de que Bruce tomara la palabra.
“¿Cómo lo llevas?” Me
miró hacia mi, cuando me miró a los ojos lo único que veía era sinceridad.
Me encogí de hombros.
“Bien, supongo.” Me senté en la silla, mirando a mí alrededor a los chicos.
“¿Cómo esta?”,
Preguntó bruce unos segundos mas tarde. Levanté mi cabeza en modo de alerta.
“John nos dijo lo que
paso”, se aclaró la garganta, removiéndose en su silla.
Asentí con la cabeza,
mirando a John para asegurarme. Cuando me dirigió una mirada que simplemente
decía que lo había hecho, mire por encima a Bruce. “Ella esta un poco agitada
pero esta bien, en su mayor parte...” Hice una pausa pensando en como ella
lloraba en el baño. “Podría estar mejor.” Me recosté en el asiento.
El asintió con la
cabeza. “Lo siento mucho”.
Fruncí mis cejas en
confusión. “¿Por qué? No hiciste nada—“
“Si, lo hice.” Bruce
sacudió la cabeza. “Fui un poco duro contigo y sobre todo con esa chica que
supongo que esta en tu habitación. No sabía lo mucho que significaba para ti,
pero esta noche, me abrió los ojos.”
Hurgué en mi asiento.
No era mucho de sentimientos, sobre todo cuando se trataba de discutirlo por lo
que solo me limité a asentir con la cabeza una vez más.
“Oí lo que él le
hizo….” Bruce sacudió la cabeza. “Deberías de habernos llamado. Hubiéramos
estado allí en un segundo y nos hubiéramos asegurado de que pagara por la
mier*da que la hizo pasar.”
No pude dejar de
sonreír nuevamente. Cuando me pasaba algo a mí o a la gente que me importaba,
los chicos eran más que atentos, en realidad a ellos le importaba. “Gracias man
y lo se, pero pensé que tenía todo manejado-Yo tenía todo manejado hasta que
____ me impidió matar al cabr*on.” No podía dejar de sentir la ira llegar hasta
mi.
Debí de haberlo
matado a pesar de que ella no quería, pero no me atreví a hacerle mas daño a
ella del que le habían hecho.
“¿Por qué no lo
hiciste?” Bruce me miró desconcertado. “Cuando John me dijo que lo dejaste
vivir, no podía creer lo que oía. ¿Desde cuando dejas a tus victimas con vida?”
“Desde que ____ entró
en mi vida.” Y esa fue la verdadera verdad.
Bruce silenciado
después de eso, presionó sus labios en una línea firme al escuchar lo que le
dije. “¿Esta todavía despierta? Me gustaría conocerla.”
“No, se fue a
dormir.” Aparté la vista. Me sentí como si estuviera hablando con mi padre.
“Oh, bueno, cuando se
despierte mañana, me gustaría presentarme. Supongo que vas a pasar mas tiempo
con la chica?” El me miró.
Sonreí. “No, acabo de
pasar por todo esto solo para darle una patada en el cu*lo.” Luché contra el
impulso de rodar los ojos, el sarcasmo goteaba de cada palabra que decía.
“No sería la primera
vez.” El respondió con elegancia y al instante me quedé helado, mis ojos se
rasgaron.
“¿Qué se supone que
significa eso?” Escupí.
Bruce se encogió de
hombros. “Justo lo que dije.”
Estaba a punto de
tomar represalias cuando alguien interrumpió.
“¿Es caliente?” Volví
la cabeza para ver a Marcus que me miraba curioso con sus ojos grandes.
Me reí entre dientes.
Deje que Marcus hiciera la broma para salir de la situación incómoda. “¿Qué
clase de pregunta es esa?”
“Una normal.” El se
encogió de hombros. “No puedo dejar que mi chico salga con una jovencita fea.
Ahora puedo?” El arqueó la ceja.
Me eché a reír.
“Supongo que no”.
Se echó a reír
también, en sincronización conmigo. “Entonces responde a la pregunta.”
Justo cuando iba a
contestarle, me interrumpió una vez más antes de que pudiera decir una palabra.
“¿Quién es caliente?”
Miré hacia arriba para ver a Kayla caminando hacia la sala de estar.
Todo el mundo se
quedó en silencio mientras ella simplemente se quedó allí, con los zapatos
rojos a juego con el lápiz labial de sus labios. Cambiando el peso de su cadera,
ella apretó su mano allí. “¿Y bien?” Sus ojos escanearon a todos los chicos
antes de aterrizar en mi.
“Nadie.” Escupí, enviándole
en mensaje de que no era de su maldita incumbencia.
Se burló, poniendo un
mechón de cabello detrás de su hombro. “Soy parte de este grupo. Creo que tengo
derecho a saber de quien están hablando—“
“Si no se trata de
ti, no lo tienes,” Le susurré, “y aunque tuviera que ver contigo”, sonreí.
“Todavía no te lo diríamos.” Fingí una sonrisa. “Así que, lárgate.”
Ella entrecerró los
ojos, frunciendo sus labios. “No me hables así.”
“Puedo hablar contigo
de todos los malditos modos que yo quiera, pu*ta.” Susurré, mi voz descendía en
un tono frío.
Ella miró a su
alrededor, buscando a alguien para que le cubriera. Para su consternación,
Bruce se mantuvo en silencio, así como los demás chicos. Ellos sabían que no
debían de involucrarse y que sin duda sabían que están antes los amigos que las
pu*tas especialmente cuando se trataba de Kayla.
Ella se burló con
incredulidad. “Muy bonito chicos. Veo que todos estáis cubriendo su cu*lo como
siempre.” Ella negó con la cabeza.
“Acostúmbrate Kayla y
no hables con ellos de esa forma si sabes lo que es bueno para ti.” La miré
fríamente a los ojos, mostrándole que yo hablaba en serio y no tenía miedo de
hacerle daño.
Podría darle una
patada en el cu*lo si quisiera y ella lo sabía pero todavía le gustaba jugar a
sus juegos estú*pidos.
“¿En serio?” Ella
arqueó una ceja.
Cuando asentí, ella
se rió cruelmente. “Entonces supongo que no vas a necesitar lo que me
mandaste.” Ella sonrió.
Arrugue la cara en
confusión. “¿De que estas hablando?”
“Bruce sabe de lo que
estoy hablando. ¿Verdad?” Ella movió sus pestañas falsamente en su dirección.
Su rostro se
contorsionó acordándose una vez que estaba pensando en ello. “¿Tienes el
envío?”
“Si, lo tengo y
¿adivinen que?” Ella hizo una pausa, esperando a que le diéramos una respuesta,
aunque sabiendo que no teníamos nada que decir, ella siguió tan rápidamente
como pudo. “No os lo voy a dar.”
“¿Qué co*ño quieres
decir con que no nos lo vas a dar?” Brucé salto sobre sus pies, sus manos
estaban hechas puños.
Ella se encogió de hombros.
“Justo lo que dije- No. Os. Lo. Voy. A. Dar y ahí tienes a tu amigo para darle
las gracias por ello.” Ella sonrió. “Una vez que tengan un par de pelotas,
vengan a hablar conmigo, hasta entonces, no vais a tener nada. Nos vemos luego,
chicos.” Ella agitó su mano antes de dar la vuelta sobre sus talones y caminar
hacia la escalera.
“¿Qué demonios fue
todo eso?” Pregunté.
“Tu jodiste todo, eso
fue!” Escupió Bruce, la molestia estaba escrita en toda su cara.
“¿Qué demonios hice?”
Tiré mis manos hacia el aire.
“Tu no mantuviste la
boca cerrada y ahora no me va a dar lo que necesitamos!”
“¿Y que es eso?”
“La envié fuera para
que hiciera un trabajo cuando tu y John se fueron. A pesar de tus problemas
personales, todavía tenemos cosas que hacer, así que la envié para conseguir
algo que solo ella nos podría dar si mandáramos a alguien con sus habilidades
para conseguirlo.”
Asentí con la cabeza,
indicando que el continuara.
“Ahora que ella lo
tiene, no nos lo va a dar porque tu fuiste lo suficiente retrasado como para
entrar en su lista negra.” El negó con la cabeza, pensando en lo que acababa de
ocurrir con Kayla. “Tienes que ir a arreglarlo.”
“¿Qué?”
“Ya me has oído. Ve a
arreglarlo. No tengo tiempo para esto Bieber. Tenemos que arreglar unas cosas
para mañana y si no conseguimos el envío, estamos jodidos. Tu abriste la boca y
la enfadaste, ahora lo arreglas.”
Gruñí interiormente.
“Esto es una pu*ta mierda.” Escupí.
“¿Si? Bueno espero
que hayas aprendido la lección sobre cuando ser un cabr*on y cuando no. Ahora,
vete.” Exigió el y le habría enfrentado, pero tenía razón, necesitábamos ese
envío.
Me puse de pie,
dirigiéndome fuera de la habitación y subí las escaleras, siguiendo los pasos
de Kayla todo el camino hacia su habitación. Abrí la puerta y entré. “¿Kayla?”
No hay respuesta.
Suspiré. ¿Kayla,
estas aquí?” Cuando no hubo respuesta, de nuevo, estaba cada vez mas molesto y
estaba jodidamente cansado. “A la mier*da” gemí volviéndome para salir cuando
una voz familiar llegó a mis oídos.
“¿Qué quieres
Bieber?” Escupió ella, saliendo del baño con solo una bata. Me mordí el labio,
tratando de mantener mis hormonas bajo control.
“Quiero el envió.”
“Es una lastima.”
Ella se encogió de hombros.
“¿Es una lástima?” Me
reí sarcásticamente. “No creo que entiendas—“
“Oh, lo entiendo y no
te lo voy a dar.” Ella cruzó sus brazos tercamente, levantando la barbilla
hacia el aire como la perra que es.
“¿Por qué no?”
Escupí.
“Porque no quiero y
con toda franqueza eres un verdadero idi*ota.” Se mofó ella, con los ojos
clavados como chuchillos en los míos.
“No tengo tiempo para
esta mi*erda, Kayla tan solo dame el maldito envió y me iré.” Resoplé en un
suspiro, deseando nada más que largarme rápido de aquí y comprobar como estaba
____.
Ella negó con la
cabeza. “No lo creo.”
Y esa fue la gota
final. Acabó con mi paciencia, me lancé hacia delante, agarrando sus hombros
antes de fijarla con dureza contra la pared, mi cara estaba a centímetros de
distancia de la suya.
Ella hizo una mueca
de dolor repentina, mordiendo su labio inferior. “¿Qué diablos?!” Ella gritó.
“Dame el envío
Kayla.” Le advertí en un tono bajo, mis ojos se oscurecieron.
Ella negó con la
cabeza. “No.”
Agarrándole, incluso
con más fuerza, me acerqué más a su cara. “Dame el envío Kayla.”
“No.”
“Bien,” la liberé,
dándome la vuelta para empezar a buscar en su habitación. “Voy a tener que
encontrarlo yo mismo.” Comencé a tirar todo que veía en mi camino.
“No vas a ser capaz
de encontrarlo. ¿Crees que soy tan estú*pida de dejarlo en mi habitación?” Me
enfrentó. “Yo no lo creo.”
Gruñí, soltando los
elementos de mi mano y girando para mirarla. “Solo dámelo, Kayla!”
Ella sonrió. “Sabes,
te ves jodidamente sexy cuando te enfadas.” Ella se mordió el labio, mirándome
de arriba abajo.
Me burlé, sacudiendo
la cabeza. “Eres una hija de pu*ta bipolar.” Escupí.
Kayla se limitó a
sonreír a la vez que ella se lamía los labios seductoramente, girando alrededor
de mí. “¿Quieres recibir el pedido?” Preguntó.
Rodé los ojos, sin
atreverme a decir una palabra. “Creo que es obvio, Kayla.”
“Entonces te sugiero
que me des una razón para dártelo.” Ella se detuvo frente a mí.
Yo arqueé una ceja.
“¿Y como puedo hacer eso?”
Ella sonrió,
inclinándose más cerca de mí, tan cerca que podía sentir su aliento en mis
labios. “Muéstrame lo mucho que deseas el envío,” pasó los dedos por mi pecho
hasta la parte baja de mi estómago, deteniéndose justo en la punta de mis
pantalones. “Y tal vez considere darte el envío.”
Me lamí los labios,
inclinando mi cabeza hacia ella. “¿Y si no lo hago?”
“Nunca lo
conseguirás.” Ella se inclinó, presionando sus labios cerca de mi oído mientras
manoseaba el borde de mis pantalones de chándal. “Entonces, ¿que dices Bieber?”
Cerré los ojos y
respiré hondo antes de abrirlos y alejarme de ella.
Ella frunció el ceño.
Volteando, empecé a
caminar alejándome. Cuando me dirigí hasta la puerta, agarré el pomo y miré
hacia atrás a Kayla para verla observándome con ojos curiosos. Cerrando la
puerta, vi que sus labios tiraban en una sonrisa.
“Sabía que no podrías
rechazarme.”
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