“You are one of the biggest hypocrites in town.” – “Eres uno
de los mayores hipócritas de la ciudad.”
¿Justin Bieber acaba de admitir que le
gusto o estoy perdiendo mi cabeza? Probablemente la estoy perdiendo. Es
probable que la falta de comida en mi sistema me haga alucinar y pensar en
cosas que no son ciertas.
¿No?
Había una sola manera de averiguarlo.
“Espera,” Negué con la cabeza, y di un
paso atrás. “¿Acabas de decirme que te gusto?” Le miré fijamente con los ojos
grandes.
El se rió entre dientes, mirando a otro
lado. “Bueno… no lo dije exactamente, pero lo admití?” El se rascó la parte de
atrás de su cuello, evitando mirar a mis ojos.
“Aww,” Contuve una risa. “Que lindo.”
Le pellizqué la mejilla.
Cogió mi mano para alejarla. “No hagas
eso.” Gruñó.
Le sonreí. “¿Quién hubiera sabido que
Justin Bieber tenía sentimientos?” Susurré con una voz de bebe, riéndome una
vez que Justin me miró.
“Cállate,” murmuró, mordiéndose el
labio. “Puedo ser insensible, pero no tanto.”
“Oye”, puse mis manos en alto. “Nunca
dije que lo fueras”.
Pensó en ello antes de suspirar.
“Cierto”. Murmuró, pasando sus dedos por su pelo.
“Bueno”, Jugué con mis pies. “Tu también me gustas.”
Susurré contra sus labios antes besarlos suavemente y me dirigí caminando.
“¿A dónde vas?”, Gritó detrás de mi.
“Para el coche, es obvio! Me muero de
hambre.” Haciendo hincapié en la palabra ‘hambre’ antes de continuar mi camino para
regresar a su Range Rover.
Segundos después, escuché unos sonidos
detrás de mi y antes de que tuviera oportunidad de darme la vuelta para
asegurarme de que era Justin, sus brazos se posaron alrededor de mi cintura,
tirando de mi, para ponerme de frente a él.
“Oye nena”, habló con tono áspero en mi
oído y noté como un escalofrío recorría mi espina dorsal.
“Me asustaste” golpeé su costado con
cuidado antes de poner mis manos sobre las suyas y seguir caminando.
El se rió entre dientes en voz baja.
“Tienes que acostumbrarte nena,” Presionó sus labios con mi oreja, besándolo
suavemente antes de dejarme ir, una vez que llegamos a su coche y entramos al
interior.
Caminando por el otro lado, entré en el
coche justo a tiempo para que Justin encendiera el coche. Una vez que lo hizo,
aceleró por la calle, conduciendo a donde quiera que fuéramos a comer.
Después de unos minutos de silencio y
aburrimiento, me moví en mi asiento. Eché un vistazo a la radio y luego a él.
Mordí mi labio, contemplando si debía de encender o no la radio.
“Hey, Justin?”
“Hm?” El me miró hacia mi por una
fracción de segundo antes de mover sus ojos de nuevo hacia la calle, cambió de
posición sus brazos para dirigirse con su brazo izquierdo al volante, buscó en
su chaqueta de cuero, sacando otro cigarrillo y encendiéndolo con el encendedor
antes de guardarlo, y tomar unas bocanadas, llenando el coche de humo.
“¿Puedo encender la radio?”
El se rió entre dientes, tomó otra
bocanada antes de expulsarla por sus labios. “No” Abrió la ventana, dejando que
el humo escapara hacia el aire libre, antes de cerrarla de nuevo.
“¿Por qué no?” Susurré.
“¿Por qué no me gusta la música.”, dijo
esas palabras con la mayor naturalidad.
Rodé los ojos. “¿En serio?” Suspiré.
“¿A quien no le gusta la música?”
“A mi.” El sacó sus ojos de la
carretera, para posar una mirada fija en mi. Se rió un poco haciendo que yo
surcara las cejas.
“¿Qué es tan gracioso?”
“¿No te acuerdas?” Me miró con las
cejas levantadas.
“¿De que?”
El se echó a reír, sacudiendo la
cabeza. “Me preguntaste lo mismo la noche de la fiesta, cuando te llevé.” La
diversión brillaba en sus pupilas.
Abrí la boca para decir algo antes de
pensar en ello. Después de unos segundos, los recuerdos me golpearon y mis
mejillas se pusieron rojas. “Oh… bien”. Me reí un poco. “¡Vaya?”
El quitó sus ojos de mi, mientras
tomaba una calada mas de su cigarrillo. “¿Cómo recordé esta mi*erda y tu no?”
El miró con incredulidad.
Me eché a reír. “No se”.
“¿No son las chicas las que recuerdan
mi*erda sin sentido como esta?” El se rió entre dientes, quitando su cigarrillo
de sus labios y lo mantuvo presionado entre su dedo índice y el del medio.
“Supongo que si?” Me encogí de hombros.
“No lo se. Además,” amplié el tamaño de mis ojos. “¿No es eso un poco
estereotipado?”
“¿Cómo?” El frunció el ceño hacia mi,
con curiosidad.
“No lo se, pero me pareció de esa
manera. Al igual, que las chicas siempre recuerdan esas cosas, los chicos no lo
recuerdan? Los chicos recuerdan las cosas también.” Señalé antes de darme
cuenta de algo y le señalé a él con el dedo. “Caso A.” Me reí.
Se encogió de hombros. “¿Cómo iba yo a
saberlo?” Abrió la ventana, una vez mas, tirando el cigarrillo antes de volver
a subir la ventana de nuevo y dejar que el calor de la calefacción saliera del
coche.
Le sonreí. “Me sorprende que recuerdes
algo como eso, Bieber.”
“¿Por qué?”
“Porque no pareces el tipo que recuerda
mi*erda sin sentido como esa”. Me burlé de él, levantando una ceja mientras
miraba con placer.
“Creo que tengo buena memoria.”
“O lo que dije se te quedó en la cabeza
porque significo algo para ti.” Hablé con una voz cantarina, riendo a la
ligera.
El se rió entre dientes. “Lo que tu
quieras creer, shawty (ricura)”.
Sentí mis mejillas como se calentaban
por el apodo que siempre me llamaba cuando nos conocimos.
“Ya llegamos”.
Miré hacia arriba para ver que Justin
había estacionado el coche en un estacionamiento.
“¿Ya?” Me quedé boquiabierta por la
sorpresa.
El asintió con la cabeza mientras
estacionaba el coche en un sitio mas cercano a la cafetería antes de apagar el
motor y tomar la llave. Al salir del coche, le seguí poco después, ya que ambos
empezamos a caminar al restaurante hacia lados diferentes.
“Perry’s Palace, ¿eh?” Le miré.
“Tiene la mejor comida.” El se encogió
de hombros antes de abrir la puerta, agarrándome con el hacia el interior.
No podía dejar de recordar lo que
sucedió la ultima vez que estuvimos aquí. “Realmente vas a comer tu comida,
¿verdad?” Le di una mirada de advertencia. No quiero terminar dejando a medias
la comida sin haberla tocado aún.
El me miró. “Tu no eres la única que
tiene hambre, nena.” Me guiñó un ojo juguetonamente antes de caminar hacia el
comedor, haciendo que yo caminara detrás de él hacia donde nos sentamos la
última vez.
Nos sentamos en los asientos de cuero
acolchados, esperé a que Justin se sentara en frente de mí. Mi estómago gruñó
por lo que parecía la enésima vez hoy. Gemí, cubriendo mi estómago.
La cabeza de Justin se quedó quieta, un
brillo juguetón en sus ojos apareció mientras sus labios se torcieron en una
sonrisa. “¿No estas caliente, nena?”
Sentí salir calor de mis mejillas y de
mi cuello casi al instante. “No”, murmuré, mirando a otro lado, avergonzada.
“¿Estas segura?” Continuó Justin, con
un tono de burla en sus palabras. “Porque, ya sabes,” El pasó la lengua por sus
labios, “nos podemos colar en el baño y terminar lo que empezamos en el almacén
si quieres.” El me envió un guiño seductor.
Rodé los ojos. “En tus sueños Bieber.
No hay manera en que voy a dejar que lo que paso vuelva a ocurrir.”
Se echó a reír. “Vamos a ver eso.” El
sonrió, volviendo la cabeza una vez que el camarero o debería decir camarera se
acercó a nuestra mesa. Frunció las cejas, mirando abajo.
Mordí el interior de mi mejilla,
preguntándome que estaba pasando por su cabeza.
“Hola, mi nombre es Jennifer DeLouis
y—“
“Mier*da.” Dirigí mi cabeza para ver a
Justin murmurando y maldiciendo palabras incoherentes en voz baja.
Fruncí las cejas en confusión. “Justin,
estas-“
“¿Justin?” Volví mi cabeza hacia la
derecha para ver a la camarera, que se llamaba Jennifer, sacudiendo su cabeza,
alarmada. “¿Justin Bieber?”, susurró ella.
Miré a Justin, completamente confundido
en cuando a lo que estaba pasando. Sentí su cuerpo rígido. “Hey, Jen.” El tragó
saliva. “Mucho tiempo sin verte, ¿eh?”
Mi estómago se revolvió de una manera
incómoda. ¿Ellos se conocen? “Espera, ¿se conocen?”, Señalé a los dos.
Justin se mantuvo en silencio, sus ojos
miraban a otra cosa que no fuera Jennifer, o quizás debería decir Jen?
“Justin y yo nos conocemos desde hace
mucho tiempo” murmuró Jen. “¿Verdad, Jay?” Podía ver la tensión en sus
palabras.
“Si,” Justin apretó las manos. “Nos
conocemos desde hace mucho.” El se rió sin humor con un movimiento de cabeza.
“Quiero una camarera diferente.” El hervía con los dientes apretados.
“Justin—“ Jen comenzó a decir antes de
que Justin la interrumpiera.
“Quiero una nueva camarera, ahora.” El
ordenó, la expresión de sus ojos era dura, tanto que yo y Jen sabíamos que iba
en serio.
Se mordió el labio, luchaba contra el
impulso de decir algo mas. “Bien”. Ella escupió. “Te voy a conseguir otra
camarera.” Se volvió y se alejó, dejándome con la confusión total y absoluta y
a Justin… con la ira.
“¿Qué paso?”
“Nada”.
Me burlé. “No diría que eso fuera nada,
Jay.” El nombre salió de mi boca con un disgusto leve.
“No,” Escupió, levantando la cabeza
para mirarme. “me llames así.”
“¿Por qué no?” Me crucé de brazos
contra mi pecho. “Jen lo acaba de hacer, ¿por qué yo no?”, Repliqué con una
actitud ligera.
“Porque yo lo digo.” El se burló.
Me callé, sabiendo que si la abría, iba
a escupir muchas palabras y un montón de mier*da iba a salir de mi boca.
Después de unos segundos en silencio,
una nueva camarera vino para ayudarnos. “Hola, soy Hannah Beth y yo seré su
camarera esta tarde. ¿Qué puedo ofrecerles, chicos?”
En este punto, ni siquiera tenía ganas
de comer.
“Voy a tomar un vaso de té helado y
ella una limonada.” El me señaló hacia mi.
Ella asintió con la cabeza. “Muy bien,
vendré con ello. Al mismo tiempo, revisen nuestros menús,” Ella nos dio unas
cartas. “Y busquen lo que desean comer. ¿vale?”
Asentimos con la cabeza, sin decir una
sola palabra.
Cuando se fue, agarré el menú, con el
pretexto de buscar a través de él lo que me gustaría pedir, cuando en realidad,
estaba pensando acerca de lo que acababa de suceder.
¿Quién demonios era Jen?
¿Por qué conocía a Justin?
¿Cómo conoció a Justin?
¿Y porque se enojó tanto y pidió otra camarera?
Justo cuando estaba a punto de abrir la
boca y tratar de preguntarle de nuevo, la camarera, Hannah, volvió con las
bebidas.
“Bueno chicos, aquí esta.” Ella puso
las copas sobre la mesa. “¿Ya decidieron lo que van a comer?”
“Voy a tomar una hamburguesa con queso
y una guarnición de patatas fritas y pepinillos por favor.”
Garabateó en su bloc de notas antes de
pasar su vista hacia Justin.
“Voy a tomar… lo mismo.”, Puso su menú
desplegable. “Menos los pepinillos por favor.”
Hannah, la camarera asintió con la
cabeza. “Muy bien, sus pedidos deben de estar en una media hora.” Ella sonrió
antes de marcharse, para atender a otros clientes.
Crucé las piernas debajo de la mesa,
presionando mis brazos contra el pecho. “¿Vas a decirme lo que paso con Jen?”
“No.”
“¿Por qué no?” Le miré, incrédula.
“Solo déjalo, ___.”, Advirtió.
“No” me mantuve firme. “Tengo derecho a
saber.”
“No, mi*erda, no lo tienes.” Escupió.
“No es de tu maldita incumbencia y la ultima vez me di cuenta de que tu no eres
mi chica por lo que no tienes que saber una mi*erda y aún si lo fueras, no te
lo diría. Ahora calla y mantén tu maldita boca cerrada.” El se burló con los
dientes apretados. Me di cuenta por la sombra de sus ojos que no estaba
bromeando.
Mi estómago se revolvió cuando las
palabras ‘Tu no eres mi chica’ sonaron en mis oídos. Lamiendo mis labios, miré
hacia otro lado, al no ser capaz de decir ni una sola palabra en este punto.
Un segundo admite que le gusto, al
siguiente, me dice estu*pideces como que no soy su chica. El es mas que confuso
y a este paso? Mejor que vaya preparando su funeral, porque estoy a punto de
matarlo.
Después de unos segundos, no podía
soportarlo mas. Tenia que saber. El me estaba poniendo furiosa, y me estaba
haciendo perder la cabeza. “¿Sabes que?” Hablé de nuevo.
Justin apretó sus puños de nuevo.
“¿Qué?” Escupió.
Me burlé. “Es curioso como siempre
exiges conocer mis asuntos, nunca aceptas un no por respuesta, pero la única
vez que pido que me digas sobre un asunto tuyo, ni siquiera te atreves a
decírmelo.”
Se encogió de hombros. “Asúmelo nena.”
“Yo no soy tu nena.” Hervía a través de
una bocanada de aire. “¿Recuerdas? Yo no soy tu chica.” Le hablé con
malevolencia, por lo que me aseguré de hacer énfasis en cada palabra.
Justin se quedó mirándome, sin decir
una palabra.
“Eres uno de los mayores hipócritas de
la ciudad.” Negué con la cabeza.
Se limitó a seguir mirándome, sus
labios estaban apretados en una línea fina.
“Y cuando hayamos terminado de comer,”
Señalé a los dos. “Me voy”.
Justin abrió la boca para decir algo,
pero lo corté antes de que pudiera decirlo.
“¿Y esta vez? Mas te vale no correr
detrás de mi.” Le miré, mis ojos directamente a los suyos. “Porque estoy harta
de ti y de tu mi*erda.”
Jen es la hermana de Justin. Ellos estuvieron Juntos 3 años y luego él se enteró que su papá estuvo con la mamá de ella. Jennifer lo sabía y no dijo nada.. por eso Justin la odia.
ResponderEliminarDe nada ;)
Re cualquiera ;)
Eliminartodo tiene sentido ahora
ResponderEliminarde echo eran novios, jen la engaño con luke y estaba embarazada de el, jus se entero pero jen perdio a su bebe y jamas se volvieron a ver
ResponderEliminarPD:rime jeje