“Who said this was a date?” –
“¿Quién dijo que esto era una cita?”
Finalmente, después
de lo que parecieron horas, el coche se detuvo una vez que se estaciono en una
plaza de aparcamiento. Mirando por la ventana, las palabras luminosas de “Perry’s Palace” me hicieron sonreír a pesar
de que los rayos de sol fluían por todas partes.
¿Como fue eso
posible? No tenía ni idea.
Desabroche el
cinturón de seguridad de mi cuerpo, volví a mirar a Justin. Fruncí las cejas
juntas por la confusión.
¿Nos vamos a ir o
que?
Sintiendo mis ojos
sobre él, se volvió a mirarme. “¿Qué?.” Dijo en voz alta, y creo que por fin
queda confirmado que es un bi-polar…
Luché contra la
urgencia de rodar los ojos. “¿Vamos o no?” Murmuré. Si yo pudiera darle un
puñetazo libremente sin tener que pagar las consecuencias después, lo haría.
“Si,” El se agachó
hacia abajo, tirando de la llave del coche y la metió en su bolsillo para abrir
la puerta, el cigarrillo que había estado fumando colgaba de un lado de su
labio.
Con un suspiro, abrí
la puerta, salir era un poco más difícil de lo que quería.
“Ten cuidado,” gruñó.
“Ese coche cuesta mas de todo lo que tu tienes.”
Levanté una ceja para
arriba. “Es bueno saberlo.” Murmuré sarcásticamente, hundiendo las manos en los
bolsillos de mi suéter.
El me dirigió una
mirada lateral. “Actitud”, advirtió el con un movimiento con su dedo en mi
dirección.
Ahora rodé los ojos.
“Lo que sea.” Aparte la vista.
Tomó el humo,
arrojando el cigarrillo al suelo antes de que lo pisara con la suela de su
zapato. Ladeando la cabeza a hacia un lado, hacia el comedor, empezó a caminar,
esperando que lo siguiera detrás.
Yo lo hice, muy a mi
pesar.
Una vez que llegamos
al interior, comenzamos a caminar a la parte posterior del lugar cuando su
cuerpo chocó con otro que causo que me golpeara con su espalda. Gemí,
frotándome la frente.
“Qué coñ--“Empecé a
maldecir cuando me detuve a mitad de camino, sintiendo que el ambiente se
estaba poniendo algo tenso, al darme cuenta que un tío estaba delante de nosotros.
Era alto,
aproximadamente unos pocos centímetros, más alto que Justin, si no era de la
misma altura. Tenía el pelo negro y sus ojos eran verdes electrizantes. Unos
que podrían hipnotizarte con solo mirarlos una sola vez. Tenía algo de músculo
y un cu*lo para morirse.
Es embarazoso admitir
esto, pero el suyo era incluso mejor que el mío.
Así que no es justo.
Apreté los labios
hacia un lado, mirando entre él y Justin, al instante sentí la tensión.
“Danger”, El hombre
dijo con una sonrisa. “Un gusto verte aquí, ¿eh?”
“Ahora no”. Justin
habló con los dientes apretados, su voz baja y mortal, por un momento, podía
haber jurado que vi un flash de la muerte en sus ojos.
Los pelos de mis
brazos se erizaron rápidamente.
“¿Cuándo será el
momento, amigo? ¿Cuando tengas a tus matones cubriéndote el cu*lo?” El enderezó
su postura, su cuerpo lo presionó aún más a Justin, para verse más intimidante.
El se hubiera
intimidado si Justin hubiera caminado aún mas, cerrando la brecha entre ellos,
de sus ojos saltaban chispas y las venas de su cuello se notaban.
Justin fingió una
sonrisa. “Tu y yo sabemos que podría hacer trizas con mis propias manos.” Bajo
la voz hasta un susurro.
Se produjo un
intercambio de palabras sin sentido antes de que el hombre se alejara y Justin
me agarró del codo, caminando por el pasillo hacia un asiento para nosotros y
nos sentamos los dos.
Saliendo de su
agarre, me deslicé por el cuero acolchado de mi asiento frente a él. Una vez
que se sentó frente a mi, me dí cuenta de cómo apretaba su mandíbula y sus
nudillos estaban blancos en el momento en el que puso sus puños sobre la mesa.
“¿Quién era ese?”
Susurre, sin querer ponerle de los nervios. Lo último que quería era que se
enfada más de lo que ya estaba.
“Solo alguien con el
que hice negocios.” EL respondió aturdido, sin entrar en ningún detalle.
Me mordí el labio,
porque no quería decir nada más-
Alcé la vista a
tiempo para ver a un trabajador que supuse que vendría a tomar nuestros
pedidos, acercándose a nosotros. “Hola. ¿Puedo servirles algo?” Ella nos miró
con los ojos grandes y una gran sonrisa en sus labios.
Yo le mostré una
sonrisa suave a cambio. Ni siquiera tenía que mirar el menú, ya sabía lo que
quería. “Voy a tomar alitas de pollo con patatas fritas, por favor.” Podía sentir
mi estómago gruñir de hambre.
Justin se rió entre
dientes, casi ahogándose con su saliva.
Le lancé una mirada
rápida.
El rápidamente se
calmó con una risita, girando su atención a al camarera. “Voy a tomar una
hamburguesa con queso con una guarnición de papas fritas rizadas.” El la mató
con su famosa amplia sonrisa.
Sonrojándose, ella se
alejó.
Rodé mis ojos. “Mujeriego”
. Murmuré.
“¿Qué fue eso?”
Empujó su cabeza, poniéndose una mano en su oreja.
Arqueé una ceja,
frunciendo los labios. “He dicho que eres un mujeriego.” Le lancé una falsa
sonrisa. “¿Me oyes ahora?”
El se rió entre
dientes. “¿Cómo que soy un mujeriego?”
“Porque no te vas a
coquetear con la chica de la derecha en frente de tu cita! Eso es simplemente—“
“Espera, espera,
espera shawty,” Justin piso las manos delante de el para que dejara de hablar.
Le dirigí una mirada
de exasperación.
“¿Quién dijo que esto
era una cita?” El me dirigió una mirada de lado, con una sonrisa curvada en sus
labios.
Mis mejillas se
calentaron al instante. “Bueno, tu, yo, pero—“gemí. “No importa.”
El simplemente se rió
en voz baja, moviendo la cabeza.
¿Era posible odiar a
alguien en solo un segundo?
¿No?
Bueno, creo que esto
es un nuevo record, porque sentía como tenía ganas de golpear su rostro con mi
puño.
Nos sentamos en
silencio durante el resto destiempo que tardó la mesera en volver con la
comida. Una vez que la pusieron en frente de nosotros, con un vaso de agua para
cada uno de nosotros, ella se alejó.
Así es, vete de aquí,
pe*rra. Murmuré en secreto en mi cabeza.
Agarrando una
fritura, la metí en mi boca antes de tomar otra y luego otra, y antes de darme
cuenta, ya estaba casi terminando con las papas.
Justin negó con la
cabeza, una sonrisa de complicidad salió entre sus labios.
Suspiré, dejando caer
una patata que había cogido. “¿Qué es tan gracioso ahora?”
Se rió de lo enojada
que estaba poniéndome e incluso me moleste mas de lo que ya estaba.
“Eres tan molesto.”
Me crucé de brazos contra mi pecho.
“Lo siento, no es
justo… No puedo creer que hayas pedido papas fritas y alitas de pollo!”, Se
rió. “Yo lo solía comer cuando tenía cinco años!” El irrumpió en un ataque de
risa.
Esta bien, tío. No es
tan gracioso. Yo simplemente rodé los ojos por enésima vez ese día.
Haciendo caso omiso de
él, era la mejor opción en este momento.
Agarré otra papa
frita, cuando vi que el también tenía papas fritas. “Eres un hipócrita!” Señalé
con fuerza.
“¿Qué?” El me dio una
mirada de confusión.
“Pediste papas fritas
también!” Le señalé a su plato.
El negó con la
cabeza. “Nah, estas son papas fritas rizadas. Por lo tanto muy diferente a las
papas fritas normales.”
“¿Qué? No, no lo son!
Se pueden formar de otra manera diferente, pero siguen siendo todavía papas
fritas!”
Agitó una mano con
desdén. “No para mi, no lo son.”
Simplemente me calmé
antes de que la locura de este chico me consumiera. Lo último que necesitaba
era ser arrestada por asesinato.
Mastiqué un trozo de
pollo, y no fue hasta que bebí agua cuando me dí cuenta de que Justin apenas
había tocado su comida.
“Hey,”
El me miró.
“¿No vas a comer?”
Fruncí las cejas juntas, dando otro mordisco a mi fritura.
“No tengo hambre.”,
Contestó monótonamente encogiendo sus hombros.
Los hombres y su
falta de palabras: Una de las cosas más molestas.
“Entonces porque lo
has pedido?” Le di una mirada de perplejidad.
Se lamió los labios.
“Porque pensé que tenia hambre. Hey, ¿has acabado?”, Señaló mi plato.
Poco a poco le miré,
hasta llegar a su dedo en mi plato después de mirarle de nuevo.
“Yo-“
“Bueno”, me
interrumpió antes de pararse para buscar en el bolsillo de sus jeans, donde
sacó su billetera. Agarró unos billetes y los metió debajo de mi vaso de agua.
Me agarró de la muñeca, tirando de mí afuera del lugar.
Gemí. “¿Cuál es tu
apuro, bro?” Le dirigí una mirada de incredulidad, pero el solo sacudió su
cabeza, saliendo de la cafetería y se montó en su coche. “Tierra a Justin!” Le
dije un poco más fuerte.
El levantó la cabeza
para mirarme. “¿Qué?”
“No había terminado
de comer allí.” Yo gemía como una niña de 5 años. Lo se, eso es vergonzoso,
pero ¿Me podía culpar? No había comido desde, bueno, hacía mucho tiempo!.
“¿Y? Te conseguiré
algo en el camino de regreso.” Se metió en su coche después de soltar mi
muñeca.
Caí en el asiento del
pasajero después de encontrar ese botón olvidado de dios en la puerta, la abrí,
cerré a mi lado. “De vuelta ¿A dónde?”
“Siéntate y ponte el
cinturón. No tengo tiempo para tus preguntas molestas de mi*erda.” Murmuró
mientras encendía su coche sacándolo del lugar de estacionamiento.
Hice lo que me dijo,
apoyando mi espalda contra el asiento de cuero. Estaba desesperada por
preguntarle que quería decir con eso y que estaba haciendo, pero yo sabía que
eso no me llevaría a ninguna parte, así que mantuve la boca cerrada – por una
vez en mi vida.
Después de unos
minutos, de giros y vueltas alrededor de los barrios, Justin finalmente condujo
el coche a un alto.
Surcando las cejas,
me asomé para ver que se había detenido frente a un viejo almacén.
No sabía si debería:
-Estar asustada.
-Correr lejos cuando
tuviera la oportunidad.
-O esperar a ver que
tenía el mundo planeado para mí.
ESTA NOVELA SE DEFINE EN UNA PALABRA: Per-fec-ta.
ResponderEliminarCoincido contigo lara
ResponderEliminarQUE PERFECCION JO-DER.
ResponderEliminares perfecta la adoro
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